lunes, 7 de febrero de 2011

Vos y yo


¿Por qué te despido sino quiero hacerlo? ¿Por qué ponemos fin? Ya se, los dos dijimos que no era como antes, todo había cambiado. No existían culpables, y si fuese el caso de buscar a uno, seríamos los dos.
Hoy me levante en mi cama y esperaba encontrarte, mire a mi alrededor y aunque sabía que no estabas te busque para ver donde estabas escondida.
Hable con Marcos (el vino por que me escucho mal la voz en el teléfono) ¿y sabes que le confesé? “Ésta fue la única vez y última seguro que me enamore, nadie podrá superarla a ella, por más que lo intenten, y aunque me traigan a la más guapa de todas las mujeres de aquí, para mi siempre existirá una: ella, vos.”
Nos prometimos ser fuertes y aguantar nuestras ganas “por el bien de los dos”, es por eso que hoy llegue más temprano al trabajo y me dispuse a realizar cosas, así despejaba la mente, pero todo se derrumbo cuando te vi. Era como la primera vez, vos caminando como una gacela, yo quedando tonto ante semejante belleza, recordé nuestro diálogo de aquella primera vez y casi por poco me largo a llorar, pero me contuve para poder hablar con vos ahora.
Yo- Ho-hola. ¿Cómo estas?
Vos- Supongo que bien, no lo se, creo que mi cara necesita más maquillaje del que me puse. Se debe notar demasiado que estuvieron con lágrimas mis ojos.
Yo- Igual estas hermosa como siempre, los míos deben estar igual. Bueno, dejemos de hablarnos, por que me resulta difícil mirarte a los ojos.
Vos- Si, es lo mejor. Yo tampoco puedo.
Te despedí aunque tenía ganas de decirte lo de siempre ¿comemos juntos al mediodía? , pero sabía que no podía, que eso no ocurriría jamás.
Me senté en el escritorio, se me ocurrió agarrar el celular para llamar al señor del sistema de las computadoras pero no se que apreté que llegue a las fotos. Mi alma se volvió a destrozar, la imagen era en mi casa, relajados sentados en el sillón pensando si nuestros hijos tendrían pelo lacio o con rulos, en ese momento creíamos que el primero se llamaría Luca, que ironía….
Lo mejor sería que deje de pensar, que descanse mi mente por un tiempo. Termine lo que debía hacer, no era demasiado, pero para mi resultaba difícil y salí corriendo como un loco de aquí para allá.
Puse un pie en el departamento e intente hacer algo, aunque siempre esperaba que sonara el teléfono, y así fue, eras vos.
Hola Joaquín, perdóname que te llame, pero quería pedirte un favor.
Hola, si ¿Cuál? Mientras escuchaba del otro lado la voz quebrada por el llanto.
¿Me podes dar aunque sea el último abrazo?
Ya voy para tu casa.
Tome el auto, huí despavorido, llegue al tercer piso, espere que me abras la puerta y te abrace en un abrazo interminable, dijimos los dos al unísono ¿Por qué nos separamos? Hasta que al mismo tiempo nos contestamos: por que no funcionábamos.
Yo dije que lo mejor era la retirada. Y me fui. Volví a tomar el ascensor, hasta que llegue abajo y estaba el encargado:
Encargado- Hola Joaquín, ¿ya te vas?, saludos, entonces. Nos vemos mañana seguro, como siempre.
Ahí fue cuando reaccione volví a tomar el ascensor retorne al piso tres, deje que me abras nuevamente la puerta y te dije: “Si es nena, quiero que se llame Paloma” como la canción de Andrés.
“Papaaaaaaaa, ¿Qué pasa Paloma? Luca no me deja jugar”, ya te dije que la dejes a tu hermana. Mamaaaaaa ¿me venís a defender?, ahí voy Luca”.
Mal escrito, por Bet

1 comentario:

LUCIERNAGAS DE CIUDAD dijo...

Qué difícil tiene que ser trabajar mirando a los ojos al desamor...

Me encanta Damien Rice *-*