jueves, 24 de junio de 2010

El jardín de senderos que se bifurcan


-¿Que te digo? No se.
- ¿Cómo que no sabes?
- Y si. Estoy vacía.
- ¡Que ridícula por favor! Por una bandita de mierda….
- No era una “bandita de mierda”. Pero está, déjalo así. Nunca lo vas a entender, si ya te resultaba antipático cuando asistía a los recitales. Bah antipático no sino tonto. Cuando te guste algo lo comprenderás. Y no me saltes con la mierda de siempre, yo no era fanática (eso me suena a la gente que sigue la bosta que escuchas vos, ¿Cómo es? A sí Chayanne: ¡puaj!)
- ¿Y que eras entonces?
- ¡Que se yo! Una simple y minúscula persona que le gustaban las letras y la música. Al principio me parecía novedoso para lo que era el mundillo del rock: sonidos diferentes, letras fuertes, todo era así. Pasó el tiempo y me pasaba algo extrañísimo: ¡no me cansaba!: me gustaba ver esa coreografía mal armada y graciosa de Andorondack…
- ¿Andoro que?
- Deja eso te lo explico otro día. O preguntale a Juliana que te lo explique mejor. Yo hoy no tengo ganas.
En fin, era eso y mucho más. Era la suma de todo (un sin fin de cosas). Igual pienso que los finales son comienzos de otra cosa ¿verdad? Ya se parezco como si hablará de una separación, suena hasta tonto gracioso y espantoso a la vez. No quiere que suene así. Pero es lo que me sale. Debo dormir ya. Quedate escuchando algunos temas y después me comentas como te resultan.
Y si los ves por ahí diles gracias!

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